20 mar 2010

Habitaciones de hospital

Tiene 89 años y ojos de niño asustado. Está en una cama de hospital, solo en su habitación y por su ventana se ve un trocito de cielo.

-¿Cómo se encuentra?- pregunto, aunque ya lo sé. Tiene los labios azules y las manos agarradas a la barandilla para ayudarse a respirar. Intenta responderme, pero no le llega el aliento. Cuarenta ventilaciones por minuto.

He ido a verle para hacerle la historia clínica, pero me parece cruel obligarle a hablar.  Me quedo sentada un rato a su lado, observando su habitación mientras hago tiempo hasta que acaben mis compañeros. No hay nada personal (lleva puesto un pijama del hospital), ni huellas de familiares (ni una revista, ni un periódico). Sólo él, su respiración (cada vez más irregular) y su mirada (cada vez más desesperada). Al levantarme para ir a buscar a mi tutor, extiende débilmente la mano y le caen lagrimones por las mejillas. Se la cojo y le aseguro que voy a volver en un momento. Mi tutor le echa una ojeada y le dice a una enfermera que avise al médico que lo lleva.

Antes de salir definitivamente de la habitación, le sonrío. Pero creo que no se da cuenta. Está demasiado concentrado intentando respirar.

-Ayer, cuando le pregunté si tenía algún problema en que vinieran alumnos, estaba mucho mejor- me dice mi tutor. -Pero -añade tras un pequeño titubeo- creo que se va a morir.
-Todos lo haremos -respondo con aplomo. Pero en realidad estoy recordando su miedo, su soledad, y pensando: debería haberme quedado.

9 comentarios:

  1. Me pasó algo parecido con un paciente hace unos años. Era un chico de 20 años, me mandaron hacerle una historia clínica. Me dijeron que era complicaillo (pero es que no había más pacientes, y tampoco me dijeron "cuanto").

    Era un carcinoma testicular extirpado y tal... y empecé a hacer mi historia.

    El tio tenía una disartria muy pero que muy marcada. Vamos, que le preguntabas qué edad tiene, y te contestaba "guagugué" (y se supone que esto es 23... no era esta la contestación, pero es muy parecida, es que ya no me acuerdo de las palabras exactas...).

    La comunicación con él era IMPOSIBLE, de verdad. Y claro, hacer una historia clínica para mi era imposible sin ningún familiar delante (estaba sólo el paciente), así que en 5 minutos, decidí irme y comentárselo al profesor, que por cierto, sutilmente se "rió" de mi por "cobarde" o por "haberme rendido pronto" (que seguro que él no hizo la historia sin familiar delante, por supuesto...).

    No obstante, aparte de frustración, me dio un poco como de "vergüenza", porque aunque tenga esa enfermedad, el paciente sabe que tiene ese problema y se esfuerza, y es totalmente consciente de lo que pasa, y obviamente, se dio cuenta de que no me estaba enterando de una mierda, y que por eso me fui...

    Pero bueno, estas cosas son normales. Tampoco hay que darles más vueltas, porque en la vida real las cosas no se hacen así, sino que buscas la forma más fácil y rápida, y a veces de estudiante vamos un poco "forzados" (probablemente un médico no vaya a hacerle una historia completa en una mujer que se está asfixiando, y tú pues te ves en esa tesitura).

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  2. La vida es muy puta... y se acaba, que es lo más puto todavia. No se como podeis soportar esa componente psicológica...

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  3. Eso es un palo, estas carreras que tratas con personas, sabes que es algo duro a lo que te tienes que ir acostumbrando. Vosotros los médicos lo tenéis algo mas duro, yo no veo cosas tan crudas, pero por otro lado llego a ver muchos días seguidos al mismo paciente y ha llegar a entablar una relación si no afectiva, se le acerca mucho.

    Emotchka estas en residencia ya o son practicas de la carrera? Es que con tantos años que estudiáis yo me pierdo :P

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  4. Académico: ya, pero el problema no era hacerle la historia, sino la ¿rabia? de saber que se va a morir.

    manu: por eso tenemos ese humor tan negro...

    Verobe: son prácticas de la carrera, estoy en tercero (sólo tres años más, sólo tres años más).

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  5. Bueno ya vas por la mitad, asi que ya queda menos!! :D

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  6. La sensación más fuerte que recuerdo del primer paciente al que le tomé la tensión fue el calor del contacto de su piel. Me di cuenta, entonces, que estábamos con seres vivos. Estaba tan pendiente de mí, de hacer las cosa correctamente, que no me di cuenta que había una persona delante hasta que le puse las manos encima al colocarle el manguito de la tensión.
    Es una tontería, pero lo recuerdo así.

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  7. Es lo que más reparos me da de vuestra carrera. Durillo pero el humor negro ayuda =) Díselo a mi hermana que trabaja en una residencia de ancianos, mayoritariametne con alzheimer.

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  8. Es una sensación horrible, pero actuaste muy bien: conozco casos similares en el que el médico/estudiante/enfermera, al enfermo alargar la mano, miran hacia otro lado y la ignoran...

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  9. MiAnestesista: a mí lo que más me chocó fue que desde el momento que aparecí con la bata fui "usted".

    Bea: ufff, ahí sí que hace falta humor negro.

    Ulukai: es muy tentador, pero no me parecía apropiado :(

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