25 nov 2009

Prácticas clínicas (II)


Ahí estaba, vagando por el área quirúrgica, huérfana de médico. Al principio no es que me importara demasiado, entretenida como un niño con la caja de un juguete. Pero dar vueltas llega a aburrir. "En fin, a ver si encuentro a alguien y me enquisto a la espera de tiempos mejores".


-Eh, tú, ven aquí- la enfermera del vestuario, corroboro al girarme. A su lado, una médico con fonendo.
-¿Eres de tercero?- pregunta, y responde sin esperar respuesta- Conmigo.
-Vale- respondo, y la siguo. -¿A dónde estamos yendo?
-Urológica- responde lacónica la anestesista.
-Ah.- Pocas especialidades podían despertar tanto entusiasmo en un novato.
Llegamos al quirófano, mascarilla al canto. “Supongo que la parte dura irá hacia arriba”.
-Hmm una cosa. ¿Cómo hago para que no se me empañen las gafas?
-La parte dura hacia arriba, y la ajustas.
-Está ajustada.
-No creo-  y me clava los dedos a los lados de la nariz.- ¿Ves? ¿A que ahora no se te empañan?
-Ah, pues no. “La verdad es que sí, pero tranquila, ya lo hago yo”.

Entramos y habla con el anestesista que hay ahí. –Mira, esto es una estudiante. No sé muy bien para qué sirve, pero me sigue. Aquí te la dejo. “Eeeeeeeooooooo, puedo oír lo que decís”. El nuevo anestesista me hace un gesto con la cabeza, un gesto que quiere decir "sé que existes, ponte a mirar y no molestes”.
Así que me pongo de puntillas, a espiar por encima de los cirujanos. Al parecer, están metiendo tubos por tubos e hinchando un globito. Ajam. Miro a mi alrededor, utilizo mi sensor de hostilidad del ambiente, y me abstengo de preguntar. No quiero que nadie me lance nada.

Pasa un buen rato. “No sabía que en los quirófanos hiciera tanto calor”. “La mascarilla agobia un poco”. Otro rato. “Anda, parece que suena un pitido”. Lo curioso es que nadie se inmuta. Me pongo a mirar la máquina del anestesista, a ver si es de eso. No. Sigue igual que antes. “Ah, pues será normal". "Oye, espera ¿Y mi visión lateral? No, venga. Cerebro, no seas malo. Reperfúndete. Que me da vergüenza salir”. Afortunadamente mi parte racional entra en acción. "Bueno, bueno, Emt, ¿así que te da vergüenza salir pero no te la da caerte encima del campo quirúrgico?" Ante esa lógica aplastante, me alejo del campo.

-Voy a salir un momentín.
Cuatro pasos, y dejo de ver. Me pongo en cuclillas, con la cabeza entre las rodillas, y las enfermeras se alteran- ¡Se cae! -¡No toques el campo!- El anestesista levanta la cabeza del papel que estaba mirando, curioso. Y los cirujanos, a lo suyo. Metiendo tubos por tubos.

Levanto una mano, pidiendo silencio.

-Ya voy- digo mientras me pongo de pie despacito. Salgo algo inestable del quirófano, aprovechando que mi presión intraocular no supera (demasiado) a la de perfusión de las arterias retinianas.

“Qué situación tan parasimpática, joder”.  Dejo de ver otra vez mientras me quito la mascarilla. Me tumbo en el suelo, con los pies en el armario en el que tienen los suministros. Entrecruzo los dedos y empiezo a juguetear con los pulgares, la viva imagen de la despreocupación. Al poco, me levanto con la boca seca y sudando. “Viva el rebote simpático”.

Decido darme un paseo hasta una sala con comida que vi antes, para tomarme un vaso de agua antes de volver al quirófano. Abro la puerta, y me encuentro de frente con otro médico desconocido.
- No te conozco, ¿eres una estudiante?- me dice. Le respondo con un asentimiento.
-¿Te has desmayado? Estás muy pálida- pregunta amablemente.
-Técnicamente no –respondo- Venía a beber agua.
-Ah cógete también un par de galletas de esas de chocolate. Son del Dr. Ese. Creo que te da clase.
-Ah, sí. Empezó la semana pasada- y cojo tres. “Esto por los PowerPoints que nos has leído en clase, muajajaja”.
-¿Con quién estás ahora en prácticas?
-No sé cómo se llama, estaba en Urológica.
-Bueno, pues mañana te vienes conmigo. ¿Vas a volver a entrar hoy?
-Sí, desde luego. Y vuelvo a mi quirófano mucho más alegre.

9 comentarios:

  1. ¡¡El campo, cuidado con el campo, no toques el campo!! Veo que ya has tomado contacto con la simpatía de las enfermeras de quirófano. Vale que aguantar durante toda una vida los desplantes de los cirujanos (ejem ;) ) tiene que acabar quemando, ¡pero coño, que parecen los de Greenpeace con el puto campo! Y que no se te ocurra rozar el hombro de un cirujano con tu mascarilla: el campo estará lleno de mierda de intestinos, pero el sujeto sale a cambiarse de bata...

    Y lo de la situación tan parasimpática me ha matado :D Pero bueno, podía haber sido peor: podía llover. O podías estar lavada y vestida, y entonces no hay opción de agacharse o meterse entre las piernas. O te vas del todo (con las miraditas de rigor), o aguantas mientras acaban de serrar esa tibia y el resto amputado de la pierna se menea en la mesa.

    En fin, a ver si hay más suerte con el nuevo médico (parece majo: será residente...).

    Ah, y casi se me olvida: buena entrada :)

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  2. Buf, nosotros somos más sucios (por nosotros = veterinarios). Recuerdo el primer día que me pusieron a sacar gasas estériles y acabé metiendo la bolsita donde venía la gasa junto con la gasa. Se empezó a descojonar la auxiliar y a partir de ahí estuvo comentando mi poca arte para eso, pero vamos, que le meto gasas normales y le da igual.

    A lo que iba, yo me desmayé en una biopsia, en el momento en que ponía los puntos. Eran las 10 de la mañana y llevaba unos 15 minutos quieta y sujetando las patas de una perra que no quería quedarse boca arriba (normal) así que supongo que influyó. Pero como al pobre hombre ya se le había desmayado una, y se había comido la esquina de la mesa en la caída, tiene fobia a las estudiantes mareadas y montó un pollo impresionante. Tuvieron que cerrar la tienda y venir la auxiliar y todo.

    (voy a cotillearte todo esto encantada)

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  3. @EC-JPR: sí, recuerdo que otro día rocé con la manga del pijama a la que estaba pasando el instrumental, y se puso furiosa. Pero es que antes el cirujano había pedido suero frío y ella le pasó suero caliente, así que el pavo se limitó a lanzarlo contra la pared diciendo "así estamos, a estas alturas". Yo también habría necesitado descargar.

    @Bea: ¡Hola! Buf, una compañera de clase se desmayó y se las apañó para ¡romperse un tobillo! en la caída. No me lo explico. De todas formas, es tranquilizador saber que no soy sólo yo :)

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  4. Juas juas, me gusta el blog.

    Yo de pequeñin fuy a la calle sin desayunar y con el sol intenso.
    Al rato me quede "ciego" en medio de un paso de cebra. Como no tenia ni idea que hacer, di media vuelta y sin ver 3 en un burro fuy hacia algun lado, mientras los coches me pitaban.

    Llegue sano y salvo a una paret y me sente en el suelo. Gradualmente me vino la vision.

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  5. Hola, Falbalo :) Me alegro de que te guste.
    Vaya susto tuviste que darte xD Yo no me caí porque sabía lo que me estaba pasando, pero imagínate el percal si me hubiera caído encima del campo estéril.

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  6. me pasa seguido no se como solucionarlo!!!

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  7. Si te sirve de consuelo yo estoy peor que tu pues a mi me pasa por que me saquen sangre y cosas mas rutinarias. Si encuentras como aliviarlo o frenarlo te agradeceria que lo compartas

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  8. Si te sirve de consuelo yo estoy peor que tu pues a mi me pasa porque me saquen sangre y cosas mas rutinarias. Si encuentras como aliviarlo o frenarlo te agradeceria que lo compartas!!

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