Sus equivalentes femeninos son las Hijas de Ford, también en dos subclases: Chaperonas, que realmente saben hacia qué lado afloja un destornillador, y Profetisas inversas, que se encargan de dar órdenes más o menos afortunadas a los Salvadores del Universo y a las Chaperonas.
Las relaciones entre estos grupos son más o menos complejas, pero los mayores roces aparecen entre las Profetisas inversas y los Atila. El Atila ignorará las sugerencias (habitualmente tardías, obvias y molestas) de la Pofetisa inversa, y la reparación acabará en catástrofe. La Profetisa, al sentirse desdeñada, utilizará su frase mágica, cuatro palabras de gran poder, capaces de convertir a un hombre en un asesino: "ya te lo advertí".
Las Chaperonas son el grupo menos poblado de todos los anteriores. Su relación con los MacGuiver es cordial, pues estos se ven gratamente sorprendidos tras ponerlas a prueba. Sin embargo, los Atila las desdeñan sistemáticamente (probablemente confundiéndolas con Profetisas inversas). Y como todo el mundo sabe, no hay nada más peligroso que una mujer desdeñada. Las Chaperonas entran en modo "la venganza se sirve fría", y dejan bien claro lo que creen que hay que hacer. Se retiran, y esperan a que lleguen los profesionales. La sonrisa que esbozan cuando se confirma que el curso de acción sugerido por ellas es el adecuado rezuma tanta crueldad y satisfacción que ningún Atila se atreve a cruzar su mirada con ellas ni en ese momento, ni cuando, por azar, se las encuentran al bajar la basura.